Las FDI ayudan a los colonos a destruir los camiones de ayuda a Gaza

Desde el comienzo de la guerra, los violentos colonos israelíes han atacado sedes de la ONU y camiones, cargados de alimentos y suministros vitales a Gaza, que sufre por la guerra una catástrofe humanitaria. El gobierno de Benjamín Netanyahu siempre intentó despegarse de aquellos ataques, pero las FDI parecieran estar involucradas. Cabe recordar que en abril Israel reconoció que las FDI bombardearon el convoy humanitario al confundir una bolsa con un arma matando a siete personas.

Estos judíos extremistas, que viven en los territorios ocupados por Israel, son vistos por el mundo como un gran impedimento para la paz entre Israel y los palestinos.

El ataque simultáneo del domingo (19/05) a dos camiones de ayuda en un cruce de la ciudad palestina de Tarqumiya, a 12 kilómetros al noroeste de Hebrón (Cisjordania) constituyó el quinto en lo que va de mayo y el octavo desde enero.

Fundan su violencia en el supuesto hecho de que Hamás desvía la ayuda en lugar de entregarla a los civiles necesitados, afirmación que las agencias de ayuda rechazan. La Casa Blanca condenó su último ataque como «comportamiento total y absolutamente inaceptable».

Pero sus ataques precisos sugieren que los extremistas cuentan con la ayuda de algunos miembros de las fuerzas de seguridad de Israel y de la Policía para bloquear y destruir los convoyes a Gaza.

Más de un millón de ellos al borde de la hambruna en Gaza.

Así, al menos lo sugirió el diario británico The Guardian que dialogó con múltiples fuentes, entre ellas, el principal grupo activista israelí detrás de los bloqueos que reconocieron que integrantes del cuerpo de la policía y de las fuerzas de seguridad les envían data sobre la ubicación de los camiones de ayuda.

“Cuando se supone que la misión de un policía o soldado es proteger a los israelíes y en cambio se le envía a proteger convoyes de ayuda humanitaria – sabiendo que terminará en manos de Hamas – no podemos culparlos a ellos ni a los civiles que notan los camiones que pasan por sus ciudades para brindarles información a grupos que intentan bloquear esa ayuda. Sí, parte de nuestra información proviene de miembros individuales de las fuerzas israelíes”, afirmó Rachel Touitou, portavoz del grupo israelí Tzav 9.

Los “bárbaros” atentados contra los camiones incluyen tajos y vaciamiento de paquetes de arroz y harina a lo largo de la carretera, incendios, piedrazos y secuestros.

«Nuestro propósito es resaltar que alimentar a tu enemigo, en este caso específico a Hamás, especialmente durante tiempos de guerra, es inmoral. Israel ha estado entregando esta ayuda humanitaria sin esperar nada a cambio. Y el 80% de la población está de acuerdo con nuestra postura. Hamás está revendiendo esta ayuda a los civiles, que debe distribuirse de forma gratuita. Continuaremos bloqueando esta ayuda humanitaria hasta que puedan demostrar que llega a los civiles”, opinó Touitou.

Ataques detestables

The Guardian también habló con Yazid al-Zoubi, de 26 años, un camionero palestino que fue atacado por los manifestantes la semana pasada en el puesto de control de Tarqumiya,

“Existe plena cooperación entre los colonos y el ejército. Estamos conmocionados y sorprendidos de que el ejército no nos haya brindado ningún tipo de protección. A pesar de que estaban presentes y observando lo que estaba pasando. El ejército estaba al servicio de los colonos”.

El diario pudo acceder a un grupo de WhatsApp de colonos, en el que un miembro escribió el domingo: “Recibí información de un oficial de las FDI de que llevan los camiones frente a Ofra [un asentamiento] hacia Bitin [una aldea palestina]”.

Sapir Sluzker Amran, una abogada israelí de derechos humanos que visitó la semana pasada el puesto de control de Tarqumiya para documentar las acciones de los colonos denunció que un grupo armado con cuchillos y pistolas la golpeó y abofeteó ante la mirada pasiva de los soldado de las FDI.

Es que sus acciones están respaldadas por los miembros ultra ortodoxos del gabinete del gobierno de Benjamin Netanyahu como Itamar Ben-Gvir, quién sugirió recientemente que el propio gobierno debería detener los camiones de ayuda a Gaza en lugar de dejarlo en manos de grupos de activistas.

Bolsas de comida rotas, tajadas y desparramadas por los colonos.

La vandalización de los convoyes sin dudas agrava la situación humanitaria catastrófica que viven los gazatíes, más de un millón de ellos al borde de la hambruna.

Human Rights Watch indicó en un informe que estos ataques mataron al menos a 15 personas, incluidos dos niños, e hirieron al menos a otras 16 personas.

Los bombardeos incluyeron ataques contra World Central Kitchen, Médicos Sin Fronteras (MSF), la Agencia de la ONU para los refugiados palestinos (Unrwa), Ayuda Médica para los Palestinos (MAP), el Comité Internacional de Rescate y la Organización Estadounidense de Ayuda a los Refugiados del Cercano Oriente.

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