Junto a los desplazados en Yenín, los ataques israelíes se han extendido a los pocos días a los campamentos de refugiados de Tulkarem y al de Faraa, causando en total el desplazamiento de unos 40 000 palestinos; en el que se considera el mayor éxodo desde la guerra de 1967.
Este viernes se cumple un mes desde que el Ejército israelí, aprovechando el inicio del alto el fuego en Gaza, comenzó una incursión militar contra el campamento de refugiados de Yenín, desplazando a unos 16 000 palestinos, matando a cerca de 30 personas -milicianos, pero también civiles- y destrozando al menos 250 edificios.
«El número preliminar de viviendas destruidas es de 250 y cada una contiene cuatro unidades residenciales», ha dicho el alcalde de Yenín, Mohamed Jarrar, quien reconoce que nadie sabe exactamente la situación dentro del campamento, aún asediado por tropas israelíes.
De allí ya han huido más de 16 000 personas, casi toda su población además de familias de la periferia, confirma Jarrar, quien cree que el objetivo final de Israel es «debilitar y terminar» con los campamentos de refugiados de Cisjordania ocupada, donde viven muchos descendientes de los palestinos que se fueron o tuvieron que dejar sus aldeas cuando se creó el Estado de Israel en 1948.
El Ejército israelí no da ninguna estimación de cuánto tiempo más se espera que sus fuerzas sigan presentes en Yenín, pero según ha dicho una fuente castrense, ellos «no han ordenado a la población evacuar» y «la incursión militar continuará mientras siga habiendo milicianos».
Además, esta fuente ha confirmado que aún no ha concluido la investigación sobre el asesinato, el pasado 25 de enero, de la niña palestina de 2 años Laila Muhamad Ayman, a la que un soldado israelí disparó en la cabeza cuando la pequeña estaba en su casa en una aldea de Yenín.
Como ella, las fuerzas israelíes han matado a otros 13 niños en Cisjordania ocupada solo en 2025, la mayoría desde el inicio de esta ofensiva apodada ‘Muro de Hierro’, según documentación de la ONG Defensa de Niñas y Niños Internacional.
Soldados israelíes durante una operación militar en Yenín y su campamento el miércoles.
Soldados israelíes durante una operación militar en Yenín y su campamento el miércoles.
Unos 40 000 desplazados
Junto a los desplazados en Yenín, los ataques israelíes se han extendido a los pocos días a los campamentos de refugiados de Tulkarem y al de Faraa, en la gobernación de Tubas (también en el norte de Cisjordania ocupada) causando en total el desplazamiento de unos 40 000 palestinos; en el que se considera el mayor éxodo desde la guerra de 1967, según la UNRWA.
«Salí del campamento de Nur Shams (en Tulkarem) a la fuerza. El Ejército irrumpió después de hacer volar la puerta y destrozó todos los muebles y cristales. Nos dijeron que saliéramos de la casa y del campamento», ha dicho el palestino Ashraf, quien lleva fuera de su casa diez días.
También de Nur Shams, que hoy cumple 12 días consecutivos bajo asedio militar israelí, se fue el palestino Jader, quien no se ha atrevido a regresar al campamento «por miedo a los francotiradores, las fuerzas especiales y las emboscadas».
Se duplican los ataques de colonos
Además, los ataques de colonos israelíes a palestinos y sus propiedades en Cisjordania se duplicaron en enero de este año, coincidiendo con el inicio del alto el fuego entre Hamás e Israel en Gaza.
En el pueblo beduino de Arab al Mleihat, donde viven unas 75 familias, la mezquita de la comunidad fue quemada por colonos israelíes el pasado 2 de febrero.