Se cumplen 20 años de la Ley de Parto Respetado

A 20 años de la sanción de la Ley 25.929 de Parto Respetado, y pese a la vigencia del marco legal, la violencia ginecobstétrica se sigue reproduciendo sobre mujeres y personas gestantes. La norma garantiza que toda persona tiene derecho a un parto en el que se respeten sus tiempos, a no ser discriminada, a que se valore su intimidad, a elegir quien la acompañe durante el parto, el trabajo de parto y el posparto y, entre otros derechos, establece que junto con su familia reciban toda la información necesaria y en un lenguaje claro, sea informadx sobre su estado y la evolución del parto, y el estado de su hija o hijo. Sin embargo los relevamientos de diferentes organismos en Latinoamérica y en la Argentina, donde el Observatorio de Violencia Obstétrica Argentina (OVO) lleva a cabo un relevamiento nacional de atención ginecobstétrica, confirman las situaciones de maltrato, discriminación y falta de respeto por la autonomía de la persona gestante.

Desde la Campaña Nacional Contra la Violencia Ginecobstétrica Mi Parto Mi Decisión, en el marco de la Semana Mundial del Parto Respetado, convocan hoy a las 17, en la plaza del Congreso de la Nación y en plazas de diferentes provincias, a la Segunda Movilización Nacional contra la Violencia Ginecobstétrica y Neonatal. “¡La marea roja vuelve a teñir las calles!”, impulsa la convocatoria. “A 20 años de la sanción de la Ley de parto humanizado, nos siguen violentando en los consultorios ginecológicos, en los partos y en los nacimientos. Porque siguen habiendo presas por abortos y emergencias obstétricas. ¡Estamos hartxs!”

Frente a la situación de crisis socio-económica, “y frente a un Estado cada vez más ausente, la violencia ginecobstétrica se recrudece. Por eso, convocamos a todas las agrupaciones feministas y a toda la comunidad porque este no es un problema exclusivo de las mujeres o personas gestantes”, concluye la Campaña en un comunicado. “Es un problema sobre la autonomía de todos los procesos sexuales reproductivos y no reproductivos. Es reclamar la soberanía, la libertad de decidir, es exigir que se nos respete, que no se nos toque, corte, mutile o medique sin consentimiento.”