El acto se realizó en el marco del Día del Médico.
El ministro del Interior, Darío Monteros, junto con el de Salud, Luis Medina Ruiz, realizó un reconocimiento al doctor Luis Luna, en el marco del Día del Médico.
«Con gran emoción, hoy homenajeamos al doctor Luis Luna, conocido como ‘Nolo’, en el marco del Día del Médico. Agradezco al ministro de Salud, Medina Ruiz, por acompañarnos en este reconocimiento a sus 50 años de trayectoria, marcada por un profundo compromiso humano y social”, comentó Monteros.
En este sentido, explicó que “el doctor Luna, reconocido ‘médico rural’, ha dedicado su vida a curar y prevenir, atendiendo siempre con vocación, incluso cuando los pacientes no podían pagar una consulta. Su labor, tanto pública como privada, es ejemplo de dedicación y humanidad”.
Por su parte, Medina Ruiz, resaltó la figura de Luna por su cercanía con los pacientes como un ejemplo de la verdadera vocación médica. «El doctor Luna encarna lo que todo médico debería aspirar: la empatía y el contacto humano. Desde el primer momento en que un paciente nos confía su salud, comienza la curación, muchas veces con un gesto tan simple como tocarle el hombro o tomarle el pulso».
A su vez, subrayó la importancia de no perder esta esencia, especialmente en una era donde la tecnología puede desplazar las habilidades tradicionales adquiridas con herramientas básicas como el estetoscopio y la experiencia directa. «El reconocimiento al doctor Luna también es un homenaje a todos esos médicos que trabajan en el interior profundo, cerca de la gente que más lo necesita. Es el modelo que nos pide el gobierno: una salud cercana, humana y comprometida».
La importancia del trato con el paciente
«El 90% de la curación de un paciente es el trato con el paciente. Siempre he tenido esto en cuenta, lo he aplicado a lo largo de mi carrera y me ha dado muy buenos resultados», comentó Luna.
«Los médicos que conozco están abocados a curar y prevenir, pero el sistema económico actual complica alcanzar los objetivos deseados. Los coadyuvantes necesarios para la práctica médica son muy costosos, y esto dificulta el acceso a ciertos medicamentos. Antes, en mi época como médico del campo, a veces bastaba con un remedio natural. Ahora, los tratamientos requieren un nivel de complejidad y recursos que muchas personas no pueden costear», manifestó
«Después de 50 años dedicados al amor por la medicina, volvería a elegir este camino. Me siento una persona rica en espíritu porque, al hacer el bien y ayudar, siento que Dios me fortalece espiritualmente. Siempre inculco este enfoque a mi hijo, porque creo firmemente en el valor de ayudar a los demás», finalizó.