Milei y Caputo enfrentan una negociación difícil con el FMI por la intervención al dólar

El ministro de Economía, Luis «Toto» Caputo, tendrá la semana que viene una reunión con Kristalina Giorgieva, que puede ser clave para aflojar la tensión con el FMI, que observa con creciente malestar el uso de reservas para frenar la suba del dólar. El encuentro ocurrirá en el marco del G20 que tendrá lugar el 24 y 25 de julio en Río de Janeiro.

Fuentes del organismo afirmaron que es probable que Caputo deba lidiar con una suerte de ultimatúm. La política intervencionista del mercado de cambios hizo enfurecer a los burócratas del Fondo. Los directores de países cada vez más hostiles, como España, Alemania, Holanda, Japón y China, presionan para que el FMI le suelte la mano a la Argentina, tal como lo hizo en diciembre de 2001. La novena revisión del programa vigente esta fechada para el 10 de agosto. 

La columna vertebral del programa del Fondo para la Argentina es la acumulación de reservas, para que el país pueda pagar la deuda que tiene con el organismo y los bonistas. Por eso resulta inadmisible para los manuales del FMI que se «dilapiden» para intervenir el precio del dólar. 

El problema es que el esquema planteada por Milei y Caputo encierra un agravante: a menor brecha, mayor la sangría de reservas. En efecto, el BCRA se desprendió de USD 3 millones este martes, trás haber adquirido USD 36 en la jornada previa. En el mercado coinciden en que el programa monetario conduce a un laberinto sin salida.

Sin embargo en el Ministerio de Economía lo piensan distinto. «La decisión de intervenir el dólar para bajar la brecha no es un manotazo de ahogado. Es una clara aceleración para poder abrir el cepo. Con la convergencia de las cotizaciones, sin pasivos en el Banco Central y con la plaza seca de pesos, se termina las restricciones cambiarias», afirmó a LPO un economista de diálogo fluido con Caputo. 

«Es cierto que es el plan B, pero es lo que había para hacer al no haber conseguido dólares» agregó. 

Este probablemente sea el argumento central de Caputo en su encuentro con Georgieva. Por otro lado, el argumento más sólido con el que cuenta el gobierno frente a las exigencias del organismo es que una devaluación de la magnitud que exige el FMI provocaría una disparada inflacionaria. 

«Va camino a levantar el cepo pero sin dólares apostando a que el precio no va a saltar dado que no hay pesos en el mercado para comprar divisas. Una gran parte de la sostenibilidad de esa decisión se la juega en la liquidación del sector exportador y en que, con la apertura del cepo, entren los inversores en lugar de salir corriendo», coincidió otro de los economistas consultados.  O sea, que la oferta de dólares supere la demanda, un evento poco usual en la dinámica económica argentina. 

«Que el objetivo pase a ser levantar el cepo y dolarizar sin dólares a costa de congelar la economía no es más que una muestra de que no consiguieron ni un centavo de dólar», concluyó.  

Como sea, para la mayoría de los consultados la estrategia de Milei se limita a ganar tiempo, a la espera que Donald Trump gane las elecciones de Estados Unidos y presione al FMI para que gire a la Argentina  USD 10.000 millones. De momento, Janet Yellen, titular del Departamento del Tesoro de Joe Biden pidio «no innovar».