El Gobierno de Javier Milei volvió a aplicar el protocolo antipiquetes este jueves, reprimiendo a docentes y jubilados que realizaban una concentración frente al Congreso Nacional para reclamar por la recomposición de sus ingresos y denunciar el brutal ajuste que implementa la gestión del ultraderechista. También fueron agredidos diputados de Unión por la Patria.
«Nos están gaseando en la cara y nos están pegando cuando lo único que pedimos es que den la plata a las escuelas. Acá hay docentes, también jubilados, reclamando pacíficamente», dijo una maestra desde el lugar de los hechos.
«Es una barbaridad lo que está haciendo. Las fuerzas como siempre viniendo a reprimir al pueblo cuando es una manifestación de lo más pacífica de jubilados que están pidiendo la recomposición de sus haberes, porque es un genocidio al que los están sometiendo», agregó otra mujer sobre la represión a jubilados.
Según contó uno de los docentes reprimidos, la movilización se estaba desarrollando de forma tranquila cuando llegó la Policía para «amedrentar» a los manifestantes. «Estamos tan solo en un carril dando la vuelta al Congreso de forma pacífica, denunciando el ajuste del Gobierno. Trajeron la policía, dijeron que querían negociar con nosotros y nos aplicaron el protocolo de Patricia Bullrich, que se cree que es una milica que dirige el país con su uniforme militar», dijo en diálogo con C5N.
«Los pibes se nos están cagando de hambre en las escuelas, recortan en comedores, están ajustando al pueblo trabajador y hay que salir a enfrentarlo. Se necesita una huelga general de todos los sindicatos», planteó el hombre.
El protocolo represivo, que incluyó gases y golpes, comenzó minutos antes de las 12 del mediodía en los alrededores del Congreso, cuando confluían dos manifestaciones, una protagonizada por docentes y otra por jubilados y jubiladas. Pasadas las 12.30, los cordones policiales se desconcentraron y abandonaron la zona.
En el caso de los docentes, se trató de una marcha que se enmarca en el paro nacional – al que se sumó la Federación Nacional de Docentes Universitarios (Conadu) y Feduba-, en reclamo de la reapertura de la paritaria que fija un piso salarial en todo el país y la restitución del Fondo Nacional de Incentivo Docente (Fonid).
Los jubilados y jubiladas, por su parte, decidieron movilizar este jueves al Congreso antes de la reunión de Comisión de Seguridad Social, para pedir a los legisladores y legisladoras que se trate una nueva ley de movilidad que recomponga sus haberes y no se elimine la Ley de Moratoria, que el presidente Javier Milei critica y amenaza con derogar.
Diputados agredidos por la Policía
Entre los manifestantes que fueron reprimidos se encontraba el diputado de Unión por la Patria Juan Marino, que sufrió quemaduras en el rostro y el cuello. «La diputada (Lorena) Pokoik y yo teníamos cartel identificatorio, estábamos pidiendo que venga un responsable del operativo, que se identifique, que nos diga quién dio la orden y cuál era el criterio por el cual estaban reprimiendo una manifestación de docentes y de jubilados, y en vez de venir el responsable del operativo, un efectivo del Policía de la Ciudad, que no tenía identificación en su chaleco, directamente nos tiró gas«, relató Marino en declaraciones televisivas.
«Es un nuevo tipo de gas que quema. Y lo tiró directo a la cara a la diputada Pokoik y a mí, que estábamos sobre la vereda pidiendo hablar con el responsable del operativo. Naturalmente vamos a hacer la denuncia. Es criminal que estén usando ese gas. Ya lo habían usado en el tratamiento de la Ley Ómnibus y muchas personas habían quedado quemadas. Ahora lo sufrí en carne propia», agregó.
En la movilización de este jueves también estuvo presente el exdiputado nacional, Luis Zamora, que denunció «la monstruosidad» del gobierno de Javier Milei, que aplica «violencia» y está llevando a cabo un «ajuste feroz» mediante «bajos salarios y despidos».
«Encima cuando se juntan docentes para expresar su desacuerdo frente a lo que está haciendo, el Gobierno manda este gigantesco aparato represivo. Esto ocurre con la pasividad cómplice de la CGT y la dirigencia política. Por eso hay que hacer desde abajo lo que no hacen los de arriba», añadió Zamora.