Israel mató a 7 integrantes de una ONG que reparte comida en Gaza

El Ejército de Israel bombardeó deliberadamente un convoy de una ONG humanitaria que llevaba ayuda a Gaza y mató a siete de sus voluntarios. El hecho desató el repudio internacional de varios países que ya habían pedido un alto el fuego en ese conflicto. El Ejército israelí continúa investigando lo sucedido pero el primer ministro, Benjamin Netanyahu, admitió la muerte de los trabajadores humanitarios por un ataque «no intencionado» de las fuerzas del país.

Foto: EFE.

Las víctimas se desempeñaban en la organización World Central Kitchen (WCK) y eran parte de un equipo humanitario formado por tres palestinos, un británico, un polaco, un australiano y un ciudadano con doble nacionalidad estadounidense-canadiense. La encargada de determinar las responsabilidades será el Mecanismo de Investigación y Evaluación de Hechos, un organismo independiente del Ejército de Israel.

La palabra de Netanyahu

Netanyahu ensayó unas disculpas públicas. «Por desgracia, en el último día hubo un caso trágico en el que nuestras fuerzas alcanzaron de forma no intencionada a gente inocente en la Franja de Gaza», dijo e primer ministro israelí y aseguró que el hecho será investigado de forma exhaustiva. Sin embargo defendió al Ejército al sostener que ese tipo de cosas «suceden en la guerra», y aseguró que su país hará «todo lo posible para que no vuelva a suceder» algo similar.

Las tropas israelíes aún no sacaron conclusiones, pero el Ejército encargó una investigación independiente al Mecanismo de Investigación y Evaluación de Hechos, un cuerpo liderado por un mayor general, encargado de ofrecer la mayor información posible para decidir si se abre una investigación criminal sobre incidentes en combate.

Según el diario Haaretz, que cita a fuentes de defensa, un dron israelí llegó a disparar tres veces contra un convoy de World Central Kitchen en la ciudad de Deir al Balah, en el centro del enclave, a pesar de que los coches estaban claramente marcados con el logotipo de la organización.

Foto: AFP.

Se suspende la ayuda humanitaria en Gaza

La ONG estadounidense víctima de la matanza suspenderá sus operaciones en Gaza. «El equipo de WCK viajaba en una zona desescalada en dos vehículos blindados con el logo», precisó un comunicado de la organización que el pasado 15 de marzo en la llegada a Gaza de 200 toneladas de alimento y agua, al inaugurar un corredor marítimo a bordo del barco del Open Arms.

Después del ataque, varios barcos con ayuda humanitaria internacional para Gaza pusieron rumbo de vuelta. Antes del ataque se había logrado desembarcar unas 100 de las 400 toneladas que transportaba esta segunda misión del corredor marítimo de ayuda a Gaza, que partió el sábado pasado de Chipre.

«Los trágicos acontecimientos no deberían desanimarnos. Debemos redoblar nuestros esfuerzos para brindar más asistencia a medida que las necesidades aumentan dramáticamente», indicó el presidente chipriota, Níkos Christodoulídis, agregando que «no se debe pasar por alto lo logrado hasta ahora».

Los trabajadores de WCK se habían reunido poco antes del ataque con una alta funcionaria de la ONU, la coordinadora para la reconstrucción de Gaza, Sigrid Kaag. Esa reunión se explica porque la ONG es un socio del Programa Mundial de Alimentos (PMA) y están actualmente involucrada en el llamado corredor marítimo que encamina ayuda a Gaza partiendo desde Chipre.

El repudio internacional

Estados Unidos, principal aliado de Israel, exigió una investigación «rápida e imparcial» sobre lo sucedido, indicó el secretario de Estado, Antony Blinken. El presidente Joe Biden llamó al chef José Andrés, fundador de la ONG, para darle el pésame y le dijo que lo ocurrido «le parte el corazón». «Transmitiremos un mensaje claro a Israel de que los cooperantes deben ser protegidos», afirmó la vocera de la Casa Blanca, Karine Jean Pierre.

El gobierno del Reino Unido expresó su profunda preocupación por el hecho y recordó que «ya instamos a Israel a hacer más para proteger a los civiles y permitir que la ayuda humanitaria llegue a Gaza». «Si una de las organizaciones benéficas que trabajan sobre el terreno ha suspendido sus operaciones, es profundamente preocupante«, apuntó la ministra de Educación, Gillian Keegan, a la BBC.

Otro de los gobiernos que se pronunció fue el Australia, cuyo primer ministro, Anthony Albanese, que calificó al hecho como “completamente inaceptable” y pidió que Israel «rinda cuentas» por la muerte de una trabajadora humanitaria australiana. Por su parte el canciller de Polonia Radoslaw Sikorski, también le pidió explicaciones a Tel Aviv y añadió que su país «no aprueba que no se respete el derecho internacional humanitario y no se proteja a los civiles».

El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, se mostró «horrorizado» por lo ocurrido y exigió que se aclaren las circunstancias del ataque. Bélgica también puso el grito en el cielo y subrayó que «incluso en tiempos de guerra, hay reglas». China sumó su repudio y expresó que se opone «a cualquier acto que perjudique a los civiles, dañe las instalaciones civiles y viole el derecho internacional».

El coordinador humanitario de la ONU para los territorios palestinos, Jamie McGoldrick, afirmó que el ataque a los siete trabajadores de la ONG no es un incidente aislado. «Para el 20 de marzo, al menos 196 trabajadores humanitarios habían muerto en los territorios palestinos ocupados desde octubre de 2023», destacó McGoldrick, una cifra tres veces superior a los que han muerto en cualquier conflicto previo en todo un año.

El costo de la destrucción de la infraestructura crítica de la Franja de Gaza por la ofensiva israelí ronda los 18.500 millones de dólares, reveló este martes un informe del Banco Mundial con apoyo financiero de la Unión Europea. Según el reporte, los daños en el enclave palestino equivalen al 97 por ciento del producto bruto interno (PBI) generado en 2022 por los territorios palestinos de la Franja de Gaza y la Cisjordania bajo ocupación israelí.

El Informe de Evaluación Interna de Daños recopiló datos entre octubre de 2023, cuando arrancaron los bombardeos de Israel sobre Gaza, y finales de enero de 2024, y concluye que la destrucción de infraestructura afecta a todos los sectores de la economía. La vivienda representa el 72 por ciento de los daños, la infraestructura de servicios públicos como agua, salud y educación el 19 por ciento, y los daños a edificios comerciales e industriales el 9 por ciento.

La guerra continúa

El conflicto en Gaza avivó también las tensiones regionales. Irán advirtió el martes a Israel y Estados Unidos que va a responder al ataque que mató el lunes a 13 personas, incluidos siete miembros de su Guardia Revolucionaria en Siria. La Unión Europea llamó a la moderación para evitar una escalada.

En la Franja de Gaza, Israel anunció el lunes la retirada de sus tropas del hospital Al Shifa luego de dos semanas de operativo en el que asegura que mataron a unos 200 combatientes. Un vocero de la agencia de defensa civil de Gaza dio cuenta de 300 muertos por la operación israelí. Imágenes tomadas tras la retirada israelí mostraron el hospital reducido a un campo de escombros y ruinas. En las inmediaciones del complejo, médicos y civiles dijeron que se recuperaron más de 20 cadáveres, algunos de ellos aplastados por los vehículos militares durante su retirada.

Las negociaciones mediadas por Qatar, Egipto y Estados Unidos para un alto el fuego no prosperan, con las dos partes acusándose mutuamente del estancamiento. Un alto cargo de Hamás puso en duda la posibilidad de lograr avances debido a las grandes diferencias entre ambos bandos. El objetivo de un cese el fuego es permitir la liberación de rehenes israelíes e ingresar más ayuda humanitaria a Gaza.

La tregua también busca evitar un asalto terrestre de Israel sobre la ciudad de Rafah, en el extremo sur de Gaza, donde se hacinan 1,5 millones de personas, en gran mayoría desplazadas por la guerra. Dominic Allen, director del Fondo de Población de la ONU para Gaza, dijo que la situación en Gaza es «más que catastrófica» y se declaró «aterrorizado» por lo que podría ocurrir si la guerra se extendiera.