El Ejército israelí destituyó este viernes a dos comandantes por su responsabilidad en el ataque contra un convoy de World Central Kitchen (WCK) el pasado lunes en el centro de la Franja de Gaza, que se produjo debido a una cadena de «graves errores» según su propia investigación, mientras la ONG demanda una pesquisa «independiente y creíble».
La investigación, supuestamente independiente, fue encargada por el Ejército al Mecanismo de Investigación y Evaluación de Hechos (FFAM), un cuerpo liderado por el mayor general Yoav Har Even, que decide si se abre una investigación criminal sobre incidentes en combate.
Tras analizar el informe del FFAM, el jefe del Estado Mayor, Herzi Halevi, decidió cesar al comandante de apoyo de fuego de la brigada, un oficial con rango de mayor; y al jefe de la brigada, un coronel en la reserva; además de amonestar a los comandantes tanto de la brigada como de la 162.ª división que opera en el centro de la Franja. Halevi también reprenderá formalmente al jefe del Comando Sur, Ori Gordin, quien coordina la ofensiva en la Franja por su responsabilidad general en el incidente.
Las indagaciones
La investigación concluyó que las fuerzas israelíes identificaron a dos pistoleros en los camiones de ayuda mientras el convoy se dirigía a un almacén en Deir al Balah, en el centro del enclave. Y cuando los vehículos abandonaron el lugar tras la descarga, «uno de los comandantes supuso erróneamente que los pistoleros iban dentro de los vehículos y que se trataba de terroristas de Hamas».
Aunque iba perfectamente identificado con el logo de WCK, el convoy recibió el impacto de tres misiles disparados por un dron, lo que fue «una grave violación de las órdenes y de los procedimientos operativos estándar de las FDl, además de producirse «errores en la toma de decisiones», según la investigación. Un primer misil alcanzó al auto que lideraba el convoy y los sobrevivientes corrieron a refugiarse al siguiente vehículo, que también fue atacado por otro misil segundos después y, cuando un tercer vehículo se acercó a socorrerlos, recibió otro impacto.
La crítica de WCK
Poco después de conocerse las conclusiones del informe, WCK se pronunció en un comunicado. «Exigimos la creación de una comisión independiente para investigar los asesinatos de nuestros colegas del WCK. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) no pueden investigar de manera creíble su propio fracaso en la Franja de Gaza», aseguró.
WCK consideró que las disculpas de Israel «por el escandaloso asesinato de nuestros colegas es un escaso consuelo” e instó, no solo a que evite más muertes de empleados humanitarios, sino también a que «proteja y alimente a civiles inocentes en Gaza». «De su investigación preliminar se desprende claramente que las FDI desplegaron fuerza letal sin tener en cuenta sus propios protocolos, cadena de mando y reglas de enfrentamiento», condenó.
«La causa fundamental del lanzamiento injustificado de misiles contra nuestro convoy es la grave falta de alimentos en Gaza. Israel necesita aumentar drásticamente el volumen de alimentos y medicinas por tierra si realmente quiere apoyar la ayuda humanitaria», indicó WCK.
Crimen de guerra
Los ataques perpetrados contra personas que participan en la asistencia humanitaria en Gaza pueden constituir un crimen de guerra, advirtió en una rueda de prensa en Ginebra el portavoz de la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos, Jeremy Laurence. Además, aseguró que incidentes como el sufrido por WCK ponen de manifiesto las «terribles condiciones» en las que operan los trabajadores humanitarios en el territorio palestino, por lo que reiteró el llamamiento del alto comisionado Volker Türk a poner fin a la impunidad de los perpetradores de estos asesinatos.
Laurence instó a llevar a cabo «sin demora investigaciones independientes, exhaustivas y efectivas» sobre estos ataques y todas las otras presuntas violaciones de los derechos humanos y del derecho humanitario cometidas desde el 7 de octubre, día en que comenzó la guerra tras el atentado terrorista de Hamas en Israel.
La fuente oficial recordó que la suspensión de la entrega y distribución de ayuda por parte de varias ONG en Gaza tras estos ataques, incluida WCK, aumenta el «riesgo ya real de más muertes por hambruna y enfermedades» en la franja. Por ello, pidió a todas las partes respetar y proteger al personal de ayuda humanitaria y garantizar su seguridad y libertad de movimientos. Según datos de la oficina del alto comisionado austríaco, desde el comienzo de la ofensiva israelí, casi 200 trabajadores humanitarios murieron en Gaza, entre ellos cerca de 180 miembros del personal de diversas agencias de la ONU.
La ayuda humanitaria
Los seis meses de guerra en el enclave, que se cumplirán este domingo, pusieron a la humanidad «al borde de una pérdida absoluta de fe en las normas y los estándares globales», dijo el secretario general de la ONU, António Guterres, en una declaración ante los periodistas.
Guterres dijo que sería imperdonable que no se apliquen las dos únicas resoluciones que el Consejo de Seguridad aprobó al respecto: una para pedir acelerar la entrada de ayuda humanitaria, que data de diciembre, y otra para pedir un alto al fuego inmediato, aprobada en marzo tras varios vetos de Estados Unidos.
También recordó que en su último viaje a la frontera con Gaza, en Rafah, hace ahora diez días, los trabajadores humanitarios le recordaron que el sufrimiento y la destrucción registrados en Gaza «es lo peor que vieron nunca». Sobre el asesinato de los siete trabajadores de WCK y el reconocimiento de Israel de que se trató de un error, Guterres fue tajante: «El problema no es quién cometió los errores, es el procedimiento militar vigente que permite que esos errores se multipliquen una y otra vez».
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, mantuvo el jueves una llamada telefónica con el presidente estadounidense, Joe Biden, quien le enfatizó que «los ataques contra trabajadores humanitarios y la situación humanitaria en la Franja de Gaza son inaceptables» e incluso amenazó con retirarle el apoyo militar y diplomático.
Tras la conversación, Israel anunció este viernes que adoptará medidas inmediatas para aumentar la cantidad de ayuda y alimentos, al permitir la provisión temporal de ayuda a través del puerto de Ashdod, en el sur de Israel, así como por el cruce de Erez, que accede directamente al norte de la Franja, además de aumentar el flujo de ayuda procedente de Jordania que entra por el cruce de Kerem Shalom, en el sur.
El cruce de Erez abrirá por primera vez desde el inicio del conflicto bélico, un largo reclamo de las agencias humanitarias porque permite la entrada de ayuda directamente al norte del enclave, donde la situación es más grave y se estima que unas 300.000 personas viven en situación de hambruna, que ha matado ya a 34 personas, incluido 31 niños.