Israel asedia por quinto día consecutivo la ciudad y el campamento de Yenín, en la Cisjordania ocupada

Han denunciado que más del 70 % de las calles de la urbe han sido dañadas por las excavadoras pesadas israelíes, y que el agua ha sido cortada en la totalidad de un campamento de refugiados aledaño, donde viven unas 14 000 personas, y en gran parte de la ciudad.

La ciudad y el campamento de refugiados palestino de Yenín, en el norte de Cisjordania ocupada, siguen bajo asedio militar israelí por quinto día consecutivo, tras matar al menos a 14 palestinos, entre ellos un civil de 83 años que abandonó su casa en busca de comida.

Funcionarios de la municipalidad han anunciado que más del 70 % de las calles de la urbe han sido dañadas por las excavadoras pesadas israelíes, y que el agua ha sido cortada en la totalidad de un campamento de refugiados aledaño, donde viven unas 14 000 personas, y en gran parte de la ciudad.

Médicos Sin Fronteras (MSF) ha denunciado en su cuenta de X que la «intensidad de los ataques israelíes» en Yenín está «alcanzando niveles alarmantes», con el bloqueo de hospitales con heridos de urgencia y ataques a ambulancias.

«En el hospital Jalil Suleiman de Yenín, rodeado por las fuerzas israelíes desde el inicio de la incursión, los suministros de electricidad y agua se han visto afectados y el equipo médico de MSF se ha visto obligado a interrumpir las diálisis», detallaron en su mensaje.

Los servicios de emergencias la Media Luna Roja Palestina denunciaron ayer al menos cuatro ataques con disparos contra sus ambulancias en Cisjordania, así como la evacuación de pacientes del Hospital Gubernamental de Yenín ante la falta de electricidad.

Además del bloqueo a los centros médicos, también se han producido numerosas redadas en viviendas, con arrestos y, según fuentes palestinas, saqueos e interrogatorios en los que los residentes palestinos han denunciado «malos tratos».

Periodistas locales muestran en redes sociales el testimonio de mujeres, acompañadas por sus hijos, huyendo atemorizadas del campamento de refugiados, en medio de intensos combates contra milicianos armados y un destrozo generalizado.

EFE

La madrugada del miércoles, más de un centenar de uniformados, francotiradores, drones y blindados israelíes irrumpieron en Yenín, y también en las urbes y campamentos de Tubas y Tulkarem, con el fin de llevar a cabo una operación «antiterrorista» apodada por Israel «Operación Campamentos de Verano».

Desde entonces, estas incursiones militares, de las de mayor escala de las últimas dos décadas en Cisjordania, ha dejado al menos 23 palestinos muertos; 14 de ellos en Yenín, y un soldado israelí que falleció ayer.

Tres policías israelíes han muerto este domingo en la gobernación cisjordana de Hebrón durante un ataque a tiros contra su vehículo efectuado por los pasajeros de otro coche a la altura de la localidad de Tarqumia en un incidente que el Ejército atribuye a «terroristas palestinos».

En días anteriores cuatro y cinco palestinos, respectivamente, murieron en Tubas y en Tulkarem antes de que las fuerzas israelíes se replegaran de ambos puntos.

Ayer, un palestino de 83 años, Tawfiq Ahmad Younis Qandil, fue asesinado cuando, según su familia, salió de su casa en Yenín para comprar comida y «fue acribillado a balazos» presuntamente por francotiradores, describió en un comunicado la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, en el que pide un «cese inmediato» de la incursión.

En toda Cisjordania, desde el 7 de octubre que dio inicio a la guerra en Gaza y a una mayor represión en el resto de los territorios ocupados, Israel ha matado a más de 650 palestinos, entre ellos 150 menores.

En Gaza, ya son más de 40 700 las personas asesinadas y cerca de 95 000 las heridos, según las autoridades palestinas, tras los ataques de Hamás el 7 de octubre, que se saldaron con 1200 israelíes muertos.