A raíz de los efectos del histórico temporal que ha asolado la provincia de Valencia dejando ya más de 200 muertos, la Iglesia Católica se ha volcado en la ayuda a las víctimas y damnificados de la Dana, tanto en el aspecto material como en el acompañamiento espiritual, muy necesario en estos momentos.
Pero esta ayuda no proviene únicamente, por así decirlo, de la Iglesia institucional, sino que los sacerdotes, religiosas y muchos católicos han bajado literalmente al barro para trabajar hasta quedar exhaustos en las labores de rescate y de limpieza.
El Arzobispado de Valencia ha informado que durante todo el fin de semana de la catastrofe miles de voluntarios se han puesto a disposición de las necesidades de los más afectados, entre los que se encuentran numerosos grupos movilizados desde el seno de la iglesia valenciana.
Así, varios grupos de sacerdotes, religiosas y jóvenes procedentes de diferentes localidades de la diócesis se han unido a los voluntarios coordinados por la Generalitat Valenciana a través del centro de voluntariado instalado en la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia.
Benetússer, Alfafar, Paiporta y Sedaví son algunas de las localidades que están contando con la colaboración de grupos de juniors organizados para extraer el agua de bajos, comercios y también parroquias anegadas por el agua.
Algunos de ellos iniciaban la jornada ante la imagen de la Mare de Déu, patrona de Valencia, a las seis de la mañana, para pedirle su protección y amparo para todas la personas que están sufriendo las consecuencias de la DANA.