El peronismo y la UCR negocian una fórmula jubilatoria que cubra la inflación de los tres primeros meses de Milei

Javier Milei está juntando a casi todos los bloques de la Cámara de Diputados en su contra otra vez. Con el decreto que anunció para modificar la fórmula jubilatoria desde mitad de año, terminó de irritar al radicalismo y Hacemos, la bancada de Miguel Ángel Pichetto, y se abrieron canales de negociación hasta con el peronismo para impulsar un proyecto que recomponga los haberes, sin licuar los ingresos con la inflación de los primeros tres meses del gobierno libertario.

 

Rodrigo De Loredo consideró «insuficiente» el empalme diseñado por el Poder Ejecutivo y en su bloque dejaron trascender que harían lo posible «por acelerar los tiempos».

En ese sentido, este medio corroboró que ya se tendieron puentes desde Unión por la Patria (UP) con los opositores aliados a Milei. «La idea es empujar con todo después de Pascuas», dijo un legislador peronista que conversó con el titular del bloque de la UCR.

Los feriados de Semana Santa conspiran contra la celeridad pero, aun así, el compromiso de los bloques determinantes por la cantidad de sus miembros sería llegar con dictamen de comisión favorable para mediados de abril. De ese modo, la aprobación demandaría mayoría de 129 votos y ese número podría alcanzarse con las voluntades de los 99 de UP, los cinco del FIT, buena parte de los 22 pichettistas y el radicalismo, que acredita 34 bancas.

La principal traba sería la negativa de José Luis Espert a darle tratamiento rápido a la iniciativa en la comisión de Presupuesto. «Se va a sentar encima del expediente», se lamentaba un pichettista.

Esa es la razón por la que un sector del kirchnerismo desconfía de la chance de llegar a una sesión con dictamen favorable en el corto plazo. «No depende de nosotros», admiten.

Desde la UCR aclararon que el 4 de abril habría reunión informativa en la comisión de Previsión sobre la movilidad y el empalme. Luego, la alternativa sería «pedir sesión especial y emplazar», dijo una fuente parlamentaria, para establecer una fecha límite.

Si bien en los pasillos del Congreso se percibe cierta permeabilidad entre los diferentes bloques ante el destrato del Presidente, un vocero de UP advertía que el escenario también estará atado a la conversación de la Casa Rosada con los gobernadores.

Sin embargo, la bronca de los radicales podría ser difícil de contener. «Vengo siguiendo de cerca los ATN y son una lágrima, no hay ningún gobernador que diga ‘me dieron esto o aquello’ y, cuando se incendie, no se va a poder apagar», argumentó un miembro del bloque de De Loredo.

En esa línea, concedió que «tal vez buscan que el DNU caiga pero ese cuento es corto». El razonamiento que empieza a inquietar a los aliados es que el gobierno acaso apuesta a que el Pacto de Mayo se rechace para seguir construyendo su narrativa contra el sistema político.