El juez Ramos Padilla dictará sentencia el martes próximo por el caso Alperovich

Cerca de las diez de la noche, se dio por terminada la última audiencia de la causa por abuso sexual en la que está siendo juzgado José Alperovich. El juez Juan Ramos Padilla dictará sentencia el martes próximo. La defensa pidió la absolución del acusado y llevó adelante un extenso alegato de siete horas con una estrategia que se basó en descalificar el relato de la denunciante.

“Los hechos no ocurrieron y Alperovich no es violador”, enfatizó Augusto Garrido, el abogado del estudio del ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona que encabeza la defensa de Alperovich. En un principio era el mismo Cúneo Libarona quien llevaba la defensa del exmandatario, pero dejó el caso luego de su designación en el gabinete de Javier Milei.

El abogado del exmandatario advirtió sobre la “inconsistencia” y “falta de espontaneidad” en el discurso de la víctima, remarcó como «ilógico» que la joven siguiera trabajando con él luego del primer intento de violencia sexual denunciado e hizo una inesperada referencia al señalar que la víctima utilizó las “mismas frases” que Thelam Fardin en la denuncia a Juan Darthes, al acusar al exgobernador de haberle dicho: “Mirá como me ponés”.

Alperovich llegó al tribunal de la calle Paraguay al 1500 rodeado por sus cuatro hijos y con custodia policial dispuesta por el juez Ramos Padilla. En la audiencia del lunes pasado la querella había pedido la pena de 22 años de prisión y solicitado que se le impusiera al acusado vigilancia policial hasta que se dicte la sentencia y, que en caso de que fuera condenado, quedara detenido hasta que el fallo esté firme.

Por su parte, la fiscalía pidió la pena de 16 años y 6 meses de prisión, que se disponga la inhabilitación perpetua de ejercer cargos públicos a nivel nacional, provincial y municipal, y que se le coloque una tobillera electrónica.

El ex senador y ex gobernador de Tucumán está imputado por nueve hechos de abuso sexual, tres tentativas y seis agravados, tras la denuncia de su sobrina segunda, hija de un primo hermano del exmandatario, que había trabajado con él desde el 2017 hasta el 2019.

Para pedir la absolución, la defensa descalificó a la víctima, acusándola de haber mentido en su testimonio. Garrido denunció que en su relato le “faltó consistencia” y “no tuvo espontaneidad”. En ese sentido afirmó: “La denunciante usó en un 70 por ciento de las mismas palabras en su testimonio en la audiencia que las usadas en la denuncia escrita que dieron inicio al proceso”.

“Cuando fue confrontada con distintas pruebas, como mensajes de WhatsApp, y ante las consultas de la defensa, mostró incongruencias e incoherencias. También omitió contestar lo que era realmente importante. Absoluta falta de consistencia en su relato. Se trató de un relato manipulado, frío”, expresó.

Dos días después de que el actor Juan Darthés fuera condenado a seis años de prisión por la violación a la actriz Thelma Fardin, Garrido especuló: “En su declaración, la denunciante mencionó que Alperovich usaba la frase ‘Mirá cómo me ponés’, que todos conocemos”.

Y se explayó: “Fardin denunció a Darthés en diciembre de 2018. Y la denunciante usó la misma frase en 2019 sobre hechos presuntamente realizados en 2017. Sorprendentemente Alperovich usaba la misma frase que Darthés un año antes de que se conociera la denuncia de Fardín”. “Es llamativo que Alperovich y Darthés utilizaran la misma frase” para con las víctimas, “cuando siquiera no se conocen”, agregó.

El hecho de que ella no dejaba el trabajo y volviera a los lugares donde habrían ocurrido los abusos y el tiempo que transcurrió hasta que hizo la denuncia –casi dos años desde el primer presunto hecho– aparecieron también como ejes de la defensa. Además, se indicó que la denuncia de la joven fue “construida” y utilizó “elementos estereotipados” producto de otras causas de abuso para dar «contundencia» a su relato.

La joven, en su declaración, citó el libro Por qué volvías cada verano, de Belén López Peiró. Se trata de un relato autobiográfico, donde la escritora relata los abusos sufridos por ella de parte de su tío, comisario bonaerense que vivía en un pueblo y adonde ella iba a pasar sus vacaciones. Garrido usó frases del libro y las comparó con la denuncia contra Alperovich para deslizar que fue construida en base al testimonio de otras causas de abuso.

Curiosamente, el argumento para descalificar la voz de López Peiró en la familia del acusado durante el juicio, era el mismo que parece caracterizar la defensa de Alperovich: “¿Por qué se quedaba y volvía si yo la abusaba?”.

“Se encuentra acreditado sin controversia que luego de que la denunciante sufriera un intento ataque el 14 de diciembre de 2017, regresó al departamento de Puerto Madero junto a su presunto agresor. No es lógico que si transcurrió ese hecho denunciado, no decidiera irse inmediatamente y decidiera pernoctar esa noche en el departamento junto a su presunto atacante”, argumentó Garrido para desacreditar el relato de la joven que denunció los abusos.

Además, el defensor insistió: “Si el 14 de diciembre fuera víctima de un ataque sexual ¿es lógico que el 15 de diciembre volviera a dormir con el atacante con la posibilidad de que luego de la jornada laboral pudiera volver a ser atacada?».

Y siguió: «Menos lógico todavía resulta que si el 14 de diciembre sucediera un intento de abuso sexual en este inmueble, diez días después viajara de nuevo por iniciativa propia con la posibilidad de que pudiera ocurrir el mismo episodio. La denunciante viajó por sus propios medios y porque le interesaba conocer cómo era una sesión en el Congreso de Buenos Aires. No se explica, aún con perspectiva de género, por qué ante la posibilidad de quedarse en el lugar donde había sido atacada, no reservó un hotel o no regresó a Tucumán esa misma noche”.

“Aún con perspectiva de género” fue una frase que el abogado repitió en diferentes ocasiones durante el alegato. «Es absurdo pensar, con perspectiva de género, que si los custodios eran los principales responsables de que viera condicionada su voluntad para que se produjeran los abusos ‘salvajes’ y ‘feroces’ denunciados, los invitara a participar de su cumpleaños en la casa de su padre”, justificó.

Asimismo, acusó a la denunciante de haber renunciado a su puesto de planta permanente en la Gobernación de Tucumán para continuar trabajando con su supuesto abusador, cuando esa “podría haber sido la excusa perfecta para que ella se alejara de su presunto atacante”.

La hipótesis que buscó sostener el alegato fue que la víctima inventó la denuncia producto de una operación política para dañar a José Alperovich, instigada por el concejal David Mizrahi y el diputado nacional Carlos Cisneros, su enemigo político.

Al mismo tiempo, y contrario a lo argumentado por la defensa, el exgobernador en su declaración durante el noveno aniversario de Ni Una Menos, el pasado 3 de junio, había dicho que la joven tenía un móvil económico y que su padre, el primo del exmandatario, le había pedido cinco millones de dólares a cambio de no presentar la denuncia.

«La frase ‘mirá cómo me ponés’ es parte, lamentablemente, de la poesía machista», respondió el fiscal Sandro Abraldes cerca de las nueve de la noche, cuando fue el momento donde el tribunal dio lugar a la réplica de las partes. Luego, resaltó: «Se repitió un montón de veces el patrón de testigos que no recordaban o que no sabían. Y eso quedó demostrado. Ella con su denuncia desafió al poder. Y eso es indigerible para el defensor y el imputado».

La denuncia de la sobrina segunda de Alperovich –que trabajó con él entre diciembre de 2017 y mayo de 2019 como asistente personal, manejando su agenda, coordinándole reuniones–, fue presentada el 22 de noviembre de 2019 y elevada a juicio en mayo de 2022.

 

“No quería que me besara. Lo hacía igual. No quería que me manoseara. Lo hacía igual. No quería que me penetrara. Lo hacía igual. Inmovilizada y paralizada, mirando las habitaciones, esperando que todo termine, que el tiempo corra. Ya saldría de ahí y estaría en mi casa, ya habría más gente alrededor, ya el disimulo y el trabajo lo iban a alejar de mí», escribió la sobrina en una extensa carta que hizo pública al dar a conocer la denuncia.

«Ya se cansaría de mí, de que no quiera, de que sea ‘asexuada’como me llamaba. Pero su fijación no cesaba, durante mucho tiempo quiso más y más seguido, con más ganas, con más fuerza, con más violencia por mi resistencia”, agregó en el mismo texto.

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