Cada 24 de marzo a nivel global se conmemora el Día de la Tuberculosis, instituido con el objetivo de concientizar a la población sobre las consecuencias sanitarias, económicas y sociales que genera la enfermedad. Se busca de esta manera intensificar los esfuerzos para erradicar la afección.
El día fue establecido en base al anuncio del doctor Robert Koch, sobre el descubrimiento de la bacteria que causa la tuberculosis en 1882, lo cual abrió el camino hacia el diagnóstico y tratamiento de la afección. La tuberculosis en la actualidad continúa siendo una de las enfermedades infecciosas más mortales del mundo.
En el acto que se llevó adelante durante la mañana de este lunes, la directora general del Programa Integrado de Salud (PRIS), Elena Hurtado, comentó que se continúa luchando a la fecha contra esta enfermedad que afecta a todos los estratos sociales: “Desde el PRIS tenemos el Programa de Prevención y Tratamiento de la Tuberculosis, a cargo de la doctora Marcela Collante, por medio del cual se articula con los diferentes niveles de atención para el diagnóstico oportuno y a tiempo”.
“Las metas de la OMS/OPS son tratar de exterminar la enfermedad hasta el 2030, lo cual requiere un trabajo integrado, no solamente desde el área de neumonología, sino desde diferentes programas y especialidades, porque es una enfermedad que puede afectar a personas que tienen diversas patologías. El trabajo conjunto de los diferentes programas va a permitir que podamos mejorar el diagnóstico oportuno de esta patología y tener niveles claros de cuántas personas están afectadas en la provincia”, agregó la directiva.
La directora del Hospital Avellaneda, Alba Pieroni, puntualizó que el programa tiene su sede en el efector y que el mismo trabaja activamente en la atención de los pacientes, no solo ambulatorios sino también en internación: “Contamos con dos salas de neumo, las cuales tienen sector de aislamiento de varones y de mujeres, para la atención de estos pacientes a los que se les brinda la asistencia y medicación que necesiten. Después de dados de alta, continúan con los controles ambulatorios por consultorio externo; además contamos con laboratorio de tuberculosis en el hospital, donde se realizan los diagnósticos y en colaboración con el servicio de vacunatorio se realizan las pruebas de PPD y la colocación de las vacunas preventivas, en niños recién nacidos se coloca también la BCG”.
La neumonóloga referente del Programa de Lucha contra la Tuberculosis, Marcela Alejandra Collante, explicó que la enfermedad infectocontagiosa producida por el bacilo de Covid se transmite de persona a persona a través de las gotitas que cuando el paciente tose quedan en el aire e ingresan a las vías aéreas de la persona: “En los alveolos se multiplica y puede ocurrir que el bacilo se quede en forma latente como tuberculosis latente, en la que el paciente no contagia, pero si existe una inmunosupresión se puede desarrollar y transformarse en una tuberculosis activa”.
La tuberculosis activa, continuó, es aquella donde el paciente presenta pérdida de peso, tos productiva muco-purulenta, en ocasiones sangrado al toser, sudoración profusa nocturna y marcada pérdida del apetito: “Es muy importante detectar el paciente sintomático respiratorio, que tiene tos durante más de quince días de evolución, a quien hay que solicitarle pruebas complementarias, como la baciloscopía y una radiografía de tórax”.
“La clínica, la radiología positiva y la baciloscopía nos indican que estamos frente a un caso de tuberculosis. El paciente realiza un tratamiento estándar a lo largo de seis meses y si el mismo se realiza a tiempo y de forma oportuna se cura. El tratamiento es gratuito y se provee desde el programa provincial dependiente del PRIS, que a su vez depende del Programa Nacional de Control y Lucha contra la Tuberculosis”, aclaró Collante a la vez que advirtió la falta de adhesión al tratamiento genera resistencia a la enfermedad.