Mientras el Gobierno avanza en una serie de medidas para ratificar el rumbo de su plan económico, como la reducción del impuesto PAIS y la elaboración del Presupuesto 2025, también retomará las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para que se apruebe la novena revisión del acuerdo y el organismo envíe un desembolso de US$530 millones a la Argentina.
Si bien la fecha de comienzo para rever las metas troncales del programa estaba pautada en el calendario del Fondo para el 10 de agosto, luego el organismo tuvo su receso de verano que se sumó al feriado por el Día del Trabajo (Labour Day) en Estados Unidos de ayer. Por eso se estima que en los próximos días el equipo económico local reactivará las conversaciones para sellar la instancia de presentación de las pautas trimestrales.
Los funcionarios de Economía descuentan que todo se resolverá “relativamente rápido” y aseguran que las metas principales del acuerdo están “sobrecumplidas”, aunque evitan dar fechas precisas sobre la aprobación de la revisión porque el avance está atado a los tiempos del Fondo. De todos modos, de avanzar en todos los aspectos formales de esta instancia y contar con el visto bueno final, se enviarán unos US$530 millones a la Argentina.
A grandes rasgos, el acuerdo que el FMI mantiene con la Argentina se sostiene sobre el cumplimiento de distintas metas, de las cuales tres son vertebrales: el objetivo fiscal, la acumulación de reservas y el financiamiento del Banco Central al Tesoro.
Sobre la meta fiscal, para fines de junio, el Ejecutivo debía conseguir un superávit primario de $4,6 billones. Este objetivo estaría “sobrecumplido”, ya que hasta el sexto mes del año, la Secretaría de Hacienda acumulaba un superávit primario de $6,9 billones. Para septiembre, esa pauta es más exigente y se ubica en casi $7,7 billones. El segundo objetivo, de financiamiento de la autoridad monetaria al Tesoro se mantuvo en 0 para todo el año y también estaría aprobado.
En relación con las reservas netas internacionales, la pauta del organismo indica que hasta junio se debían acumular US$10.900 millones, mientras que para septiembre se espera una baja hasta los US$8700 millones. Este es por hoy el punto que mayor preocupación genera entre los inversores.
Pero eso no es todo. La novena revisión es, además, la anteúltima del acuerdo firmado por la Argentina. Por eso, más allá del cumplimiento de las metas pactadas, también las dudas empezaron a focalizarse en la posibilidad de que el Gobierno negocie otro entendimiento una vez finalizado el programa vigente. Trascendió que todavía no se está hablando con el FMI sobre un “nuevo acuerdo”.
De esta manera, y si todo sigue de acuerdo a lo planeado, al equipo económico le quedaría una última y décima revisión en noviembre. Originalmente, la duración del programa estaba prevista para septiembre, pero el Gobierno pidió extender los plazos hasta diciembre de 2024. Luego, a partir de 2025 no hay desembolsos estipulados por parte del Fondo Monetario Internacional, aunque sí la Argentina deberá afrontar vencimientos hasta el 2044.