El Banco Central (BCRA) bajó cinco puntos la tasa de interés este viernes. La entidad resolvió que el rendimiento de referencia, correspondiente a las Letras Fiscales de Liquidez (Lefi), pase de 40% a 35%. Es el primer recorte en casi seis meses. A la vez, el organismo redujo de 45% a 40% el costo que los bancos le pagan cuando le piden pesos.
“La decisión del BCRA se fundamenta en consideración del contexto de liquidez, de la baja observada en las expectativas de inflación manifestadas tanto en el REM como en los niveles implícitos en el mercado secundario de títulos, y en el afianzamiento del ancla fiscal”, argumentó la entidad en un comunicado.
Las Letras Fiscales de Liquidez (Lefi) nacieron en julio, cuando el Gobierno anunció el fin de la deuda del BCRA. Este instrumento solamente puede ser comprado por bancos y está emitido por el Tesoro, que también paga los intereses que genera. Sin embargo, la tasa es fijada por el organismo monetario. El retorno de las Lefi, en cierta manera, compite con el de las letras capitalizables que el Ministerio de Economía coloca en el mercado y que tienen tasas más bajas y plazos mayores.
En ese sentido, el economista Amilcar Collante dijo: “El BCRA acomodó la tasa de interés a los rendimientos que paga el Tesoro. También, probablemente, esté alineándola a un sendero de mayor desinflación, ya que los datos de alta frecuencia marcan una desaceleración de los precios en octubre”.
La baja de la tasa de referencia puede hundir todavía más al rendimiento de los plazos fijos, que en los bancos líderes ya estaba debajo del 40% nominal anual antes de este recorte.
El promedio que publica diariamente el BCRA indicaba que, a este jueves, el plazo fijo a 30 días ofrecía un retorno de 39,47%, muy cercano a la tasa de política monetaria.
Por lo tanto, el recorte que se puso en marcha este viernes probablemente genere una caída en los rendimientos que los bancos les pagan a los depositantes. “Debería impactar en la tasa de los plazos fijos, que venían creciendo fuerte, pero ahí el proceso es más lento”, apuntó Gabriel Caamaño, socio de la consultora Outlier.