Denuncian a la diputada Villaverde por falsificación de la firma del vicepresidente de LLA en Río Negro

El vicepresidente de la Junta Promotora de La Libertad Avanza (LLA) en Río Negro, Ariel Zúñiga, acusó a la conducción partidaria, en manos de la diputada Lorena Villaverde, por haber falsificado su firma en las actas, en medio del escándalo por las afiliaciones truchas . «Las firmas insertas -y que se me atribuyen- no me pertenecen ni fueron realizadas de mi puño y letra», dejó sentado el dirigente en sede judicial este miércoles.

En su escrito, reclamó un peritaje caligráfico pero también señaló que lo ocurrido «es una de las tantas maniobras pergeñadas en el marco del proceso de vaciamiento y avasallamiento de las voces disidentes», desde marzo pasado.

Zúñiga fue un estrecho colaborador de Villaverde hasta esa fecha. De hecho, dirigentes territoriales de su provincia dijeron  que la diputada habría utilizado el nombre de su ladero como cortafuegos cuando escaló el impacto de la denuncia por afiliaciones irregulares: rápida de reflejos, lo desplazó de la conducción el PAMI en su distrito y unificó esa repartición estatal con Ansés, donde ya revistaba Celeste Ventureyra.

 

En un giro inédito, esa mujer se quedó con el manejo de ambos organismos pero tiempo después fue expulsada de la presidencia de la Federación Argentina de Box (FAB) en Río Negro, cuando trascendió que había púgiles afiliados al partido libertario sin su consentimiento.

 

Según testimonios recogidos en la causa, entre las fichas de afiliación se cuentan militantes de La Cámpora y personas fallecidas. El presunto delito habría sido fruto del interés de la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, por constituir lo antes posible el partido en la provincia patagónica. «Villaverde metió quinta a fondo y terminó haciendo cualquier cosa», deslizó un referente libertario que conoce la situación.

 

El escándalo es tan grande que esta semana la hermana del presidente Javier Milei estuvo de visita junto a Martín Menem en Chubut, donde también aspiran a conformar la estructura de LLA, y no hubo margen para un encuentro entre ambas. Fuentes del oficialismo comentaron  que Villaverde buscó infructuosamente acercarse a Karina pero debió conformarse con «una selfie robada» a Luis «Toto» Caputo.

 

Desde el entorno de la legisladora contestaron que no se incorporó denuncia alguna al expediente hasta ayer, desacreditando la divulgación del documento firmado por Zúñiga. No obstante, un vocero libertario adujo que el texto podría incorporarse el lunes próximo.

El conflicto se desató porque Zúñiga, junto a la organización militante que lidera, reunió alrededor de 1300 firmas. «Nosotros poníamos hasta el número de teléfono de las personas que anotábamos en las fichas, no volcamos padrones», remarcan.

Con ese argumento, buscan diferenciarse de las otras mil adhesiones, plagadas de irregularidades que investiga la Justicia.

Paradójicamente, el denunciante por las firmas apócrifas fue acusado en plena campaña electoral por el robo de boletas, en jurisdicciones donde la conducción partidaria consideraba que no debía crecer la intención de voto para que ciertas tiras de la lista no llegaran demasiado lejos. Quien lanzó esa querella fue uno de los armadores de Milei en Viedma, José Valla.

 

 

Por entonces, Villarruel ensayó una defensa cerrada de Zúñiga y cerca suyo se permitieron tildar de «mentiroso» a Valla. Ahora, los dos apuntan contra ella.

 

Tal vez otro aspecto inquietante de la investigación resida en la sospechosa suspensión de los plazos para la conformación del partido que fue concedida a Villaverde, cuando estalló el escándalo. «Fue festejado como un gol de la victoria», graficaron en el Poder Judicial rionegrino.

 

El juez que lleva la causa es Hugo Horacio Greca, quien aspira a quedarse con el juzgado federal de Roca. Una de las versiones que circulan entre los espacios disidentes dentro de LLA es que Greca contaría para ese ascenso con el apoyo del ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, que a su vez respalda a Villaverde.

 

La trascendencia de la denuncia viene derivando en una incomodidad creciente para el gobierno y, por eso, Karina intentó despegarse de la legisladora. En el Poder Ejecutivo, ya se comenta que el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y el subsecretario general de la presidencia, Eduardo «Lule» Menem, le bajaron el pulgar.

 

Incluso, ambos funcionarios estarían tejiendo con el diputado Miguel Ángel Pichetto, oriundo de Banfield pero histórico legislador por Río Negro, para poner en marcha un plan B: catapultar como jefe partidario al ex candidato a gobernador libertario, Ariel Rivero, quien tiene un sello provincial y podría salvar al mileísmo del escándalo que se propaga alrededor de Villaverde.