El Impuesto a los Combustibles debería subir un 53% el primero de mayo. Ese incremento, de efectuarse, podría generar un impacto en los precios del surtidor del 8% en CABA y 7% en Córdoba. Además, las petroleras podrían agregar 2% por la devaluación del dólar. La actualización vendría en un momento donde el sector asegura que el litro de nafta súper cayó 13%, tras el pico que alcanzó en enero.
El Gobierno tiene decidido incrementar el Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL). Obstaculizando el objetivo de continuar la desaceleración inflacionaria, el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) estima que con un incremento del impuesto de monto fijo de $70, el tributo se elevaría desde $132 a $202 por litro de nafta, es decir tendría un incremento del 53%.
Bajo el supuesto de traslado pleno, Nadin Argañaraz, presidente del IARAF, considera que este aumento implicaría pasar de un valor por litro de $837 a $907 en CABA -tomando el valor de referencia que aporta YPF- y de $966 a $1.036 en Córdoba. Se trata de una actualización de 8,3% y 7,2% respectivamente.
La suba del impuesto, en línea con recuperar el valor real atrasado, fue definida en cuatro etapas, según el decreto 107/24. La Confederación Argentina de Trabajadores y Empleados de los Hidrocarburos, Energía, Combustibles, Derivados y Afines (CATHEDA) sostiene que la gestión de Javier Milei podría recaudar más de $3 billones por este concepto, es decir 0,5% del PBI, tal cómo se conoció cuando comenzó el descongelamiento del ICL.
En marzo, último dato que recogió la AFIP, la recaudación tributaria ya contempló los $82.482 millones por combustibles, una suba nominal del 215%, aunque en términos reales significó una baja del 18,8% a nivel interanual.
La próxima actualización será importante porque completaría la incorporación de la inflación de 2023. Sin embargo, por su participación en el IPC, Argañaraz estima que la cartera económica que conduce Luis Caputo podría optar por dividir la suba en dos tramos, elevando el impuesto en $35 cada mes, entre mayo y junio.
“En este caso, el impuesto se incrementaría un 26,5% en mayo y un 20,9% en junio. Con los precios actuales, implicaría un incremento en CABA de $837 a $872 (+4,2%) en mayo y de $872 a $907 (+4%) en junio. En Córdoba, supondría una suba de $966 a $1.001 (+3,6 %) en mayo y de $1.001 a $1.036 (+3,5%) en junio”, estima el informe de la organización.
A principios de julio el salto también será importante: el ICL tendría que ajustarse en base a la inflación acumulada del primer trimestre de este año. En efecto, según el instituto IARAF, el 1 de julio el impuesto debería subir un 51,6%, elevándose hasta los $306 por litro.
Por otro lado, un dato importante tiene que ver con la evolución real del tributo de monto fijo a los combustibles entre el año 2018 y la actualidad. “Se aprecia que el tributo mantuvo su valor real entre abril de 2018 y marzo de 2021 en alrededor de los $250 y $300 en pesos constantes de abril de 2024”, sostiene IARAF.
Luego comienza un proceso de descenso de su valor debido a la falta de actualización nominal del impuesto y a la inflación del periodo: “El valor real mínimo del tributo se dio en el mes de enero del corriente año ($38)”, agrega el informe.
Posteriormente, se dio inicio a un sinceramiento y recomposición del valor real del tributo, que en mayo de este año terminaría en $191, “mismo valor real que tuvo en abril de 2022”. Y continuará actualizándose en base a las subas trimestrales según el IPC trimestral anterior, de acuerdo a la normativa.
Asimismo, considerando el sinceramiento del tributo -y las subas adicionales determinadas por las petroleras- la evolución del valor real del litro de nafta súper en CABA cayó en términos reales un 13%, tras tocar su pico en enero de 2024.
De esto mismo ya está alertado el sector. La situación se presenta como una amenaza para la política de hidrocarburos que emplea la actual gestión: la intención del oficialismo no es más que equiparar los precios de la venta del litro de nafta y el barril de petróleo con los de mercado.
La meta es llevar el valor que pagan los consumidores a precios de paridad de importación (import parity), un valor que hoy estaría en torno a u$s1,2 el litro de nafta súper en las estaciones de servicio. Ese valor, según fuentes del sector, podría cerrar la brecha de alrededor del 15%-20% entre el precio del barril producido localmente y el internacional (Brent), logrando la paridad de precios de exportación (export parity) para el crudo.
De cualquier forma, el sector estima que los aumentos no podrán tener la misma virulencia que a principios de año. No solo por la caída del poder adquisitivo, sino también por el deseo del ministro de Economía de continuar con la inflación a la baja, situación que contradice la política de no intervención.
Dado el contexto económico, una fuente estima que no será antes del tercer o cuarto trimestre. “Vamos a ir buscando el precio de una forma más lenta, pero ya delineada en el horizonte”, concluye