A raíz del desastre que ocasionaron las fuertes lluvias en el sur de Brasil, inundado desde hace once días tras la crecida del río Guaíba, el gobierno del estado de Río Grande do Sul analiza construir cuatro ciudades temporales, ubicadas en Canoas, Guaíba, Porto Alegre y São Leopoldo, para que los damnificados puedan retomar sus actividades normales en las próximas semanas.
La novedad fue informada por el secretario de Comunicación del Ayuntamiento, Luiz Prates. «Todavía estamos planificando este tema, estudiamos alternativas«, anunció el funcionario municipal al diario Zero Hora de Porto Alegre.
Las imágenes aéreas tomadas por distintas agencias de noticias y organismos estatales muestran la magnitud de la devastación de las lluvias: con barrios enteros sumergidos bajo el agua.
En este contexto, el vicegobernador del Estado do Rio Grande do Sul, Gabriel Souza indicó a Rádio Gaúcha que están consultando con especialistas cómo se construirían las «estructuras temporales necesarias» mientras las ciudades se rehabilitan.
El Gobierno planea que estas estructuras temporales cuenten con distintos servicios: «espacios para niños y mascotas, lavandería colectiva, cocina comunitaria, dormitorios y baños», aclaró el funcionario. El traslado sería financiado por el poder Ejecutivo, mientras que la seguridad estaría a cargo de las fuerzas Armadas, aunque esto úlitmo se ejecutaría bajo un decreto presidencial.
La idea del Gobierno de Río Grande do Sul surge de la experiencia de otras situaciones de emergencia en Brasil, como la ocurrida en 2011, cuando poblados serranos del estado de Río de Janeiro registraron desplazamientos de tierra por exceso de lluvias.
«Estamos trabajando en este punto de la resiliencia climática. No descartamos tener que trasladar ciudades enteras de su ubicación actual«, aseveró Souza, y aclaró: «No tiene sentido simplemente prepararse. No tiene sentido tener sistemas de alerta. Hay lugares donde no se puede descartar la eliminación. Prefiero no mencionar (ciudades) para no causar pánico».
Sube la cifra de muertes por las inundaciones en Brasil
El número de muertos por los temporales que azotan al sur de Brasil y que ocasionaron inundaciones nunca antes vistas en la región suma ya 152 muertes, informaron este jueves las autoridades regionales.
Según el último balance de la Defensa Civil, el número de desaparecidos es ahora de 104 y unas 615.000 personas están desplazadas por causa de las lluvias.
El estado de Río de Grande do Sul, fronterizo con Argentina y Uruguay, vive la situación más dramática, con 151 de los muertos, el 90% de los municipios afectados, y 2,1 millones de damnificados.
Con una población total estimada en 11,3 millones de habitantes, unas 615.000 personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares, y ahora se refugian en albergues improvisados dependiendo de donaciones o en las residencias de algún amigo o familiar.
En Porto Alegre, la capital de Rio Grande do Sul, las aguas comienzan a menguar tras dos días sin lluvias. En tanto, el río Guaíba, que desde el pasado 3 de mayo ocasionó las inundaciones en el centro de la ciudad, bajó de los 5 metros.
Entre tanto, las últimas imágenes aéreas revelan los destrozos materiales dejados por las aguas, además de las ratas y animales muertos se ven por las calles de algunos barrios de la ciudad, que, además, están sumergidos en medio de un fuerte hedor.
Mientras en la capital bajan las aguas, en el sur del estado, en la Lagoa do Patos, continúan subiendo: ya se duplicaron los niveles, y varios municipios aledaños permanecen bajo alerta.
En medio del caos que se vive en la región, las autoridades lograron restablecer los servicios de agua y luz en el 95% de los hogares, pero unas 90 vías continúan bloqueadas. El aeropuerto internacional de Porto Alegre, el principal de la región, continúa cerrado.
A raíz de esta situación de emergencia, el presidente brasileño, Lula da Silva, durante su tercera visita a la región, anunció un nuevo paquete de ayuda para unas 200.000 familias del estado de Rio Grande do Sul que lo perdieron todo por las inundaciones.
Además de desembolsar unos 1.200 millones de reales (235 millones de dólares) que serán repartidos entre las familias, estas podrán acceder de forma anticipada a un fondo de garantías laborales y se les facilitará el crédito público para la reconstrucción de viviendas o la compra de nuevas.
Las nuevas ayudas se suman a los 50.000 millones de reales (unos 9.800 millones de dólares), anunciadas la semana pasada por el Gobierno, que contemplan asistencia directa y créditos subvencionados para pequeñas empresas, entre muchas otras medidas.