Este lunes (08/04/24) la guerra entre Rusia y Ucrania recrudeció en Zaporizhia tras un nuevo ataque contra la mayor central eléctrica de Europa. El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) volvió a condenar y alertó sobre el riesgo de un accidente nuclear grave.
Su presidente, el argentino Rafael Grossi, declaró en X: “ Hoy, por primera vez desde noviembre de 2022 y después de establecer 5 principios básicos para evitar un accidente nuclear grave con consecuencias radiológicas, @IAEAorg #ISAMZ confirmó que se produjeron al menos 3 impactos directos contra las estructuras de contención del reactor principal de ZNPP. Esto no puede suceder”
Grossi no apuntó contra nadie en especial. “Hago un llamamiento firme a los responsables militares para que se abstengan de cualquier acción que viole los principios básicos que protegen las instalaciones nucleares”.
Desde que comenzó la guerra, en varias ocasiones la mayor central eléctrica de Europa ha sufrido múltiples ataques de los que Kiev y Moscú se acusaron mutuamente. Esta vez se repitió. Rusia ha culpado a Ucrania por el ataque, pero fuentes de inteligencia ucranianas han negado cualquier participación.
Según Ria Novosti, un dron kamikaze de las Fuerzas Armadas de Ucrania cayó sobre el techo de la sexta unidad de potencia.
«Continúan los intentos de bombardear la central nuclear de Zaporozhye por parte de las Fuerzas Armadas de Ucrania . Hoy, un dron kamikaze fue derribado sobre la estación. Cayó sobre el techo de la sexta unidad de energía. No ha habido ninguna amenaza de violar los límites de seguridad de la central nuclear de Zaporozhye”.
Riesgo de accidente nuclear en Zaporizhzhia
Afortunadamente no se registraron daños críticos en los sistemas, estructuras y componentes importantes para la seguridad nuclear de la planta. Sin embargo, Grossi advirtió sobre los peligros de tales ataques el domingo. «Aunque el daño en la unidad 6 no comprometió la seguridad nuclear, este fue un incidente grave que tenía el potencial de socavar la integridad del sistema de contención del reactor”.
Los funcionarios de la OIEA, que trabajan en la planta desde el 1 de septiembre de 2022, informaron en un comunicado que “fuera de un laboratorio, vieron manchas de sangre junto a un vehículo logístico militar dañado, lo que indica al menos una víctima”.
La OIEA en varias ocasiones alertó por el riesgo que la planta deteriorada está al borde de un accidente nuclear. En enero de este año, el ejército de Rusia rechazó el acceso de los observadores de la ONU a tres salas de reactores de la planta nuclear de Zaporiyia, bajo control de las tropas del Kremlin desde marzo de 2022.
La seguridad de la mayor central nuclear de Europa y una de las 10 mayores del mundo preocupa a todos ya que el 2 de diciembre de 2023 estuvo «al borde de un accidente nuclear y de radiación» a causa de un corte temporal del suministro eléctrico. Aquel fue el octavo corte de corriente de este tipo desde el inicio de la invasión rusa.
Los peligrosos apagones dan cuenta de la precaria situación de seguridad en la planta nuclear. La electricidad y el agua son claves para enfriar sus reactores y para otras funciones esenciales, incluso cuando todas las unidades de reactores han sido apagadas.
La OIEA ha encontrado rastros de mina y explosivos en la central nuclear. Asimismo, alertó que los observadores del OIEA dentro del territorio de Zaporiyia para informar sobre el funcionamiento de la planta en las últimas semanas han escuchado explosiones periódicas a cierta distancia de la central, «que subraya los peligros a los que se sigue enfrentando». En esa línea recriminó que Rusia aún no ha proporcionado el calendario de mantenimiento de la planta para 2024.
Si bien, Grossi explicó que la detonación de estas minas «no debería afectar a los sistemas de seguridad nuclear del emplazamiento […] tener tales explosivos en el emplazamiento es incoherente con las normas de seguridad del OIEA y las orientaciones sobre seguridad nuclear y crea una presión psicológica adicional sobre el personal de la planta».
Según expertos, un área de hasta 20 kilómetros alrededor de la central podría verse afectada por graves consecuencias si estalla un accidente nuclear, dependiendo de la fuerza y dirección del viento e incluso en áreas de hasta 550 kilómetros de distancia de la central, podría haber efectos perniciosos para la salud.