Una fuerte ola de calor elevó este lunes, 30 de junio, las temperaturas por encima de los 40 °C en regiones de Italia, España y Grecia, en momentos en que el cambio climático hace que el tiempo extremo sea cada vez más habitual en el sur de Europa. En Francia y Turquía distintos incendios forestales obligaron a las autoridades a evacuar miles de personas.
La intensa ola de calor que azota el sur de Europa ha causado temperaturas superiores a los 40 °C en zonas de países como Italia, España y Grecia, al tiempo que las autoridades locales lanzan nuevas advertencias contra el riesgo de incendios forestales.
Los expertos relacionan la creciente frecuencia e intensidad de estas alzas en los termómetros con el cambio climático y advierten que este tipo de fenómenos meteorológicos extremos es cada vez más frecuente en la región meridional del Viejo Continente.
Antes del fin de semana se registraron fuertes olas de calor en Italia, Grecia, España y Portugal, lo que llevó tanto la población local como los turistas a resguardarse de las sofocantes condiciones.
Turistas frente a un ventilador instalado en el exterior del Coliseo durante la ola de calor en Roma, Italia, 30 de junio de 2025.
Turistas frente a un ventilador instalado en el exterior del Coliseo durante la ola de calor en Roma, Italia, 30 de junio de 2025. REUTERS – Remo Casilli
Dos tercios de Portugal estaban en alerta máxima el domingo, 29 de junio, por calor extremo e incendios forestales, con temperaturas que se espera que sigan superando los 42°C en Lisboa.
En Italia, algunas regiones – Lacio, Toscana, Calabria, Apulia y Umbría – planeaban prohibir algunas actividades laborales al aire libre durante las horas más calurosas del día en respuesta a las temperaturas récord. Los sindicatos italianos presionaron al Gobierno para que amplíe estas medidas a escala nacional.
El domingo, el Ministerio de Sanidad italiano decretó la máxima alerta por calor en 21 de las 27 ciudades vigiladas, entre ellas los principales destinos turísticos, como Roma, Milán y Nápoles.
En la capital italiana, los turistas intentaron buscar la sombra cerca de lugares populares como el Coliseo y la Fontana di Trevi, utilizando paraguas y bebiendo de fuentes públicas para mantenerse frescos.
Se registraron escenas similares en Milán y Nápoles, donde los vendedores ambulantes vendían limonada a turistas y residentes para refrescarse del calor.